No soy seguidor del fútbol. No me
gusta. Me gusta más el béisbol. De entre lo poco que me llama el fútbol, me
asumiría como seguidor del Rebaño Sagrado. Mas confieso que estoy poniendo toda
mi fe en que hoy Costa Rica le gane a México en el partido en ciernes, y por
goliza. Me gustaría, por ejemplo, un marcador de 4 a Serapio favor Costa Rica.
Y si se diera otro resultado que mandara a México a repechajes o como se llame,
pongo luego mi fe en que sea mandado a la porra al enfrentar a Tahití o a quien
sea en un dos por tres para que así quede fuera del mundial.
Sé que los seguidores del PRI y
el PAN que estén leyendo esto, que son los más expropiados de la conciencia por
la televisión, y que por ende son patrioteros de la patria en el soccer,
estarán en este momento gritando de furia por mi declaración, y que estarán,
pues, acusándome de traidor a la patria y de toda clase de linduras por el
estilo. Pero ¿ sabe algo? Me vale lo que digan. Y me vale porque lo que digo
tiene completo sentido si lo insertamos en el mismo discurso político y
económico seudopragmatista de los prianistas. Y vea enseguida el porqué le digo
esto.
Si México queda fuera del
mundial, el efecto automático que sobreviene es un desinfle de la demanda de
los mexicanos por servicios para asistir al mundial. Como sabemos, esto dispara
el gatillo de las leyes del mercado para ajustar los precios a la baja hasta
alcanzar un nuevo nivel de equilibrio. A su vez, unos precios que se derrumban
traen dos efectos positivos para los consumidores: Primero, ahorran muchos
pesos a quienes persistan en su demanda por asistir al mundial pese a que
México sea eliminado, como así espero suceda. Segundo, el mercado discrimina a
menos mexicanos que, por estar en estratos de menores ingresos, no podían sostener
la expectativa de asistir al mundial pese a su mejor deseo para ese efecto.
¿Quiénes quedan fuera del mercado
en este escenario? Básicamente los que demandan fútbol mundial, no por el
espectáculo por sí mismo, sino por su adhesión a la casaca tricolor en virtud
de la expropiación de conciencia que han sufrido a manos de Televisa, y que son
la enrome mayoría. Esto es lo que dispara el precio al derrumbe sin retorno.
¿Quiénes quedan dentro del
mercado? Básicamente los muy pocos que aprecian el fútbol por sí mismo, y que
son quienes se verán beneficiados con el derrumbe de los precios al quedar
México fuera de este arguende.
El segundo grupo de aficionados
estarán maximizando su bienestar porque estarán en condiciones de asistir al
mundial por menos dinero y para disfrutar lo que les gusta: Fútbol en sí, sin
consideración a las divisas. Y esto es muy cierto porque los aficionado
seguirán disfrutando de un deporte de máxima calidad aun con la ausencia de
México. Y para que el lector comprenda esto, solo tiene que preguntarse lo
siguiente: Si nos atenemos a la experiencia acumulada, ¿añade calidad al
mundial la presencia de la "selesión" mexicana? En absoluto. En
cuanto a calidad, da lo mismo que esté o no esté México.
A mí me interesa mucho que suceda
esta debacle de México porque deseo vehementemente asistir al mundial de
Brasil. Y nada me resultaría tan bonísimo como asistir ahorrando unos buenos
pesos sin menoscabo de calidad del espectáculo. Y esto lo logro con el derrumbe
de México: Disminuye precio sin afectar calidad.
Si alguien me dijera que el
sentimiento patriotero de ver a México en el mundial añade placer, luego
entenderé que ese aficionado está confundiendo dolor con placer: ¿O acaso
alguien extrae placer en eso de ver a México hacer el ridículo o un papel
mediocre en cada mundial al que acude? La experiencia acumulada es rotundamente
triste a este respecto: México en el mundial es dolor para los mexicanos, no
placer.
Seguramente los futboleros del
PRI y el PAN ya me estarán tildando a estas alturas, no solo de traidor a la
patria, sino de gacho, de egoísta. Pero ¿sabe algo? Me vale lo que digan. Y me
vale por lo siguiente.
Me vale porque en estas
elecciones económicas personales que me llevan a deliberar en favor del
escenario que permite abaratar mi viaje al mundial de Brasil - que México quede
fuera -, me estoy ateniendo al motor del juego económico: Mi egoísmo apuntado a
la maximización de mi bienestar como agente económico. En este sentido, estoy
operando racionalmente, de la manera en que operan, en teoría, las decisiones
económicas en los mercados. ¿Y no es esto lo que exaltan los apologistas del
neoliberalismo en el PRI y el PAN: el privilegio al individualismo y su egoísmo
como motores de la vida económica? ¿Y no es el fútbol una actividad económica donde
los espectadores somos consumidores y, como tales, debemos operar movidos por nuestro
egoísmo para maximizar bienestar?
Y si a pesar de lo anterior algunos
priistas y panistas muy patriotero en el fútbol me increparan el desear que
México quede fuera del mundial para hacer cumplir las expectativas de mi
egoísmo y sus quereres, acusando para ese efecto que soy un traidor a la patria
al cuadrado, me vería precisado a decirles lo siguiente ciñéndome al espíritu
del discurso economicista de EPN: Muchachos, hagan a un lado sus dogmas
sentimentalistas y patrioteros por México y piensen con claridad, con "pragmatismo".
Y ya dicho lo anterior, emplazaría luego a priistas y panistas futboleros a
responder la siguiente pregunta: ¿Qué conviene más a su maximización de
bienestar como aficionados al fútbol: Un mundial barato o un mundial
encarecido?
Como la respuesta es clara, la elección
es clara: Nos conviene que hoy gane Costa Rica.
La ironía es muy útil para
aclarar la mente.
Buen día.
Puede leer este artículo también en el diario digital mexicano SDP, donde regularmente publico los trabajos o artículos que usted ve en el acervo de este blog.
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